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La eliminación del virus de la Hepatitis C mediante tratamiento antiviral en pacientes trasplantados hepáticos mejora su pronóstico

Según un estudio desarrollado por investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital La Fe de Valencia y del Ciber ehd y publicado en la revista Liver Transplantation

La eliminación del virus de la hepatitis C mediante tratamiento antiviral en pacientes trasplantados hepáticos mejora su pronóstico

  • El trabajo, desarrollado por la Dra. Marina Berenguer, investigadora del IIS-La Fe, y su equipo de la Unidad de Medicina Digestiva, muestra su experiencia con el tratamiento interferón pegilado y ribavirina en la hepatitis C recurrente.
  • 107 pacientes trasplantados hepáticos con hepatitis C recurrente del injerto fueron tratados con Interferón pegilado y ribavirina durante un año en la Unidad Hepática del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital la Fe

Valencia, (21/01/2009). Las complicaciones de la cirrosis por el virus de hepatitis C (VHC) son la primera indicación de trasplante hepático en la mayoría de centros hospitalarios que se dedican al trasplante. Aunque se quita el hígado cirrótico, el virus que está en la sangre reinfecta el nuevo hígado y produce una recidiva de la enfermedad que, en ocasiones, progresa a cirrosis y condiciona una reducción de la supervivencia, siendo ésta inferior a la observada en pacientes no infectados por dicho virus.

En estudios previos realizados por este grupo de investigación del IIS-La Fe y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBERehd), encabezado por la Dra. Berenguer, se ha observado que la supervivencia es mayor en pacientes trasplantados que reciben terapia antiviral con interferón pegilado y ribavirina frente a los que no son tratados, sobre todo en caso de éxito del tratamiento. En este sentido, una estrategia para mejorar la eficacia del tratamiento es potenciar los factores que se asocien con la obtención de una respuesta virológica sostenida (RVS), es decir, que favorezcan la eliminación permanente del virus o curación de la infección.

En este trabajo se muestra la experiencia del equipo investigador con interferón pegilado en combinación con ribavirina como tratamiento frente a la infección por el VHC en pacientes trasplantados hepáticos. Se ha estudiado la eficacia del tratamiento (definida por la RVS), tolerancia (descripción de los efectos adversos) y sobre todo los beneficios del mismo. “Se ha descrito por primera vez en la bibliografía mundial la mejoría de la supervivencia, tanto del injerto como del paciente trasplantado”, de los pacientes tratados, sobre todo si logra eliminar el VHC para siempre, apunta la Dra. Marina Berenguer, responsable del Grupo de Investigación de Hepatología en Medicina Digestiva del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital U. La Fe.

Los investigadores pensaban que la eficacia del tratamiento habría mejorado con el tiempo como consecuencia de la mayor experiencia con estos medicamentos Desafortunadamente, objetivaron que los resultados no habían mejorado en los últimos años, pero el punto positivo es que han logrado identificar las posibles causas que explican estos resultados subóptimos.

Se trata de un estudio de investigación en el que ciento siete pacientes trasplantados hepáticos con el virus de la hepatitis C del injerto se trataron con interferón pegilado y ribavirina durante un año a los 20 meses tras el trasplante en el Hospital La Fe de Valencia. El 61% de pacientes seguía un régimen de inmunosupresión basado en tacrolimus. El 67% tenía enfermedad avanzada en el momento de empezar el tratamiento (el 20,5% tenía cirrosis).

Aproximadamente un tercio de los pacientes alcanzó la respuesta virológica sostenida, es decir se curaron de esta infección, mejorando sus pruebas de función hepática y su pronóstico de forma significativa. Al analizar si se había producido un cambio en la RVS a lo largo del tiempo, se observó que la tasa de RVS era menor en los tratados más recientemente que en los tratados antes de 2005 (con RVS del 46%) frente al período entre 2005 -enero 2007 (con RVS del 28%).

Dos variables que diferían entre ambos períodos fueron la edad del donante (mayor edad en los tratados en años más recientes) y la gravedad de la enfermedad del hígado en el momento de iniciar el tratamiento antiviral (mayor porcentaje de pacientes con cirrosis del injerto en el segundo periodo). Además estas dos variables se asociaron con la probabilidad de éxito del tratamiento, de forma que si el tratamiento se inicia cuando la lesión del hígado por el VHC no es muy importante, las probabilidades de éxito son mayores, mientras que si el tratamiento se empieza cuando la enfermedad está más avanzada, existen menos posibilidades de eliminar el VHC. Esta situación además es más llamativa en el caso de pacientes que han sido trasplantados con órganos provenientes de donantes de mayor edad.

En definitiva, la eficacia del tratamiento con interferón pegilado y ribavirina no ha mejorado con el tiempo. Es posible que el aumento de la edad del donante de los pacientes tratados y una mayor proporción de pacientes tratados en estadios avanzados de la enfermedad permita explicar esta tendencia. Tanto el tipo de inmunosupresor que llevaban los pacientes para evitar el rechazo (hay varios inmunosupresores en el mercado) como el tipo de interferón pegilado utilizado (existen dos interferones comercializados) no influyeron en el resultado del tratamiento antiviral. “A partir de este estudio, la tendencia en muchos centros de trasplante, incluyendo el nuestro es empezar el tratamiento con interferón pegilado y ribavirina en fases más precoces de la enfermedad recurrente. Para poder detectar precozmente a estos pacientes, se les hace biopsias hepáticas frecuentes”, destaca la Dra. Berenguer.

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