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Investigadoras del IIS La Fe e INCLIVA realizan un trabajo de revisión sobre la alteración lipídica en tejido cerebral y sangre para identificar biomarcadores de detección precoz de la enfermedad de Alzheimer

Los cambios en la composición lipídica que se han observado hasta ahora tanto en el cerebro humano como en modelos de ratones transgénicos se asocian a trastornos neurodegenerativos

Actualmente 50 millones de personas padecen demencia, en su mayoría atribuida a la EA, y se espera que la cifra aumente a 139 millones en 2050 si no se introducen terapias eficaces

Investigadoras del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA y del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe), de València, han realizado un trabajo de revisión sobre la alteración lipídica en tejido cerebral y sangre de modelos animales de ratón con Enfermedad de Alzheimer (EA), con el fin último de ayudar a identificar biomarcadores lipídicos en muestras de sangre que podrían ser útiles en la detección precoz y mínimamente invasiva de esta patología.

En el trabajo, que acaba de publicarse en Progress in Lipid Research, han participado las doctoras Ana Lloret, investigadora del Grupo de Investigación en Envejecimiento y ejercicio físico de INCLIVA, CIBERFES (Centro de Investigación Biomédica en Red de Fragilidad y Envejecimiento Saludable) del Instituto de Salud Carlos III y el Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universitat de València; y Consuelo Cháfer Pericás y Laura Ferré González, del Grupo de Investigación en Enfermedad de Alzheimer del IIS La Fe.

El objetivo de este trabajo era hacer una revisión sistemática de los estudios realizados desde 2012 hasta la actualidad sobre la alteración lipídica en tejido cerebral y sangre de modelos animales de ratón con EA, centrándose en los diferentes parámetros experimentales evaluados en estos estudios (tipo de muestra, sexo, modelo de ratón, edad, tratamiento de la muestra y técnica analítica utilizada), ya que los cambios en la composición lipídica que se han observado hasta ahora tanto en el cerebro humano como en modelos de ratones transgénicos se asocian a trastornos neurodegenerativos.

Aproximadamente 50 millones de personas sufren demencia en todo el mundo y la mayoría de los casos se atribuyen a la EA. Si no se introducen terapias eficaces, se prevé que la prevalencia mundial de la EA aumente hasta los 139 millones en 2050. En la actualidad, el diagnóstico de la EA se basa en técnicas invasivas y costosas. Por lo tanto, sería una ventaja encontrar biomarcadores en muestras mínimamente invasivas y utilizando métodos rentables. Entre los diferentes biomarcadores, los lípidos podrían desempeñar un papel importante, ya que son el principal componente del cerebro y están implicados en la función y estructura de las membranas neuronales.

Los síntomas de la EA incluyen alteraciones de la memoria, afasia (trastorno del lenguaje que dificulta leer, escribir y expresar lo que se quiere decir) y déficits visuoespaciales.

Los modelos animales se han utilizado ampliamente para comprender los mecanismos subyacentes a muchas enfermedades, explorar la eficacia de los fármacos candidatos y predecir las respuestas de los pacientes. En las dos últimas décadas, se han desarrollado varios tipos de modelos de ratones transgénicos que recapitulan las anomalías neuropatológicas y/o conductuales de la EA.

En la actualidad, existe una gran variabilidad entre los estudios que se han llevado a cabo en ratones para la determinación de diferentes tipos de lípidos. Por lo tanto, esa disparidad puede deberse al modelo de ratón utilizado, a la edad y al sexo, pero, sobre todo, a algunas variables experimentales importantes en el pretratamiento y tratamiento de la muestra.

El diseño de la presente revisión sistemática siguió el método Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analysis (PRISMA). La búsqueda electrónica de datos se realizó el 21 de junio de 2022 en las bases de datos PubMed y Web of Science (WOS) y se complementó con una búsqueda manual en Google Scholar. Se tuvieron en cuenta las siguientes características: tipo de muestra (tejido cerebral o plasma), sexo, descripción de la muestra (modelo de ratón de EA y tamaño de la muestra), edad (en meses), tratamiento de la muestra y técnica analítica.

Toda la información extraída de los artículos fue agrupada, cumplimentada y revisada repetidamente para comprobar inconsistencias y asegurar la exactitud de los datos utilizando Microsoft Office Excel.

La revisión realizada muestra que los estudios lipidómicos realizados desde 2012 hasta la actualidad presentan una gran variedad de condiciones experimentales, lo que dificulta la obtención de conclusiones. En concreto, hay que tener en cuenta que, a la hora de realizar este tipo de estudios, existe una gran variabilidad de modelos de ratón de EA, y cada modelo tiene sus ventajas e inconvenientes. Por consiguiente, si se sigue investigando en la patobiología de la EA se podrán establecer modelos de ratón más precisos. Además, los estudios no se centraron en las diferencias de sexo, por lo que es necesario seguir investigando. En cuanto a la edad, el perfil lipidómico podría cambiar a lo largo de la progresión de la enfermedad y debería tenerse en cuanta el estadio de la enfermedad en la que se realizan los experimentos. En cuanto al pretratamiento de la muestra, parece que influye el método de homogeneización, siendo la mecánica la que ofrece una mayor fiabilidad en términos de uniformidad y estandarización de la muestra. En cuanto al método de extracción de lípidos, urge sustituir disolventes altamente tóxicos como el cloroformo y encontrar alternativas respetuosas con el medio ambiente. Por último, los métodos que utilizan la espectrometría de masas para la detección y cuantificación de lípidos proporcionan más información en comparación con los kits colorimétricos.

DOI del artículo: 10.1016/j.plipres.2023.101223