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Investigadores del IIS La Fe aportan nuevas evidencias sobre la introducción del gluten en la alimentación infantil y sobre los productos alimentarios para pacientes con enfermedad celiaca

Un artículo publicado en la American Journal of Clinical Nutrition por investigadores del Grupo de Enfermedad Celíaca e Inmunopatología Digestiva del IIS La Fe, demuestra que la cantidad de gluten consumida desde la introducción del mismo hasta los 3 años de edad, no influye en el desarrollo posterior de la enfermedad celíaca. Según el artículo, “no existen suficientes evidencias que apoyen qué cantidad y de qué forma se debe introducir el gluten durante la infancia, ya que estos procedimientos no influirán en el desarrollo posterior de enfermedad celiaca”.

El artículo titulado “The role of gluten consumption at an early age in celiac disease development: a further analysis of the prospective PreventCD cohort study. (Crespo, P., Mearin, M.L., Hervás, D. y Ribes, C.)”, recoge los resultados de un estudio europeo liderado por el grupo de investigación que dirige la doctora Carmen Ribes-Koninckx, en el que se cuantificó el gluten consumido desde la introducción del mismo hasta los 3 años, en 715 niños con riesgo genético pertenecientes a 5 países europeos (España, Alemania, Italia, Holanda y Hungría), reclutados en el Estudio Europeo PreventCD. Según la nutricionista Paula Crespo, primera autora de dicho estudio, se demostró que la cantidad de gluten consumida desde la introducción del mismo hasta los 3 años de edad, no influye en el desarrollo posterior de la EC. De modo que “no existen suficientes evidencias que apoyen que cantidad y de qué forma introducir el gluten durante la infancia, pues no influirá en el desarrollo posterior de enfermedad celiaca”.

Introducción del gluten: cuándo y qué cantidad

Este estudio es continuación del artículo publicado por la doctora Ribes en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine hace tres años. En él se aseguraba que “el gluten se puede introducir en la dieta en cualquier momento entre los 4 y 12 meses. La edad de introducción de gluten en lactantes, en este rango de edad, no parece influir en el riesgo de desarrollar enfermedad celiaca en la infancia”.

Y es que cada vez son más los estudios que investigan el impacto de los factores ambientales en el desarrollo de la enfermedad celiaca. Hasta hace unos años, se creía que introducir el gluten en la alimentación infantil antes de los 6 meses en pequeñas cantidades, mientras se daba lactancia materna en lactantes con riesgo genético, protegía frente al desarrollo de la celiaquía. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que ni la edad de introducción, ni la lactancia materna, protegen contra la enfermedad celiaca en niños con riesgo genético. El grupo de expertos de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, que preside e la doctora Carmen Ribes, confirmó que “introducir el gluten en el momento de la lactancia no protege frente al desarrollo de la enfermedad”. Los expertos resaltan que, aunque esta conclusión es importante para aquellas madres que, por diversos motivos, no puedan dar amamantar a sus hijos, la lactancia materna debe promoverse por los beneficios indiscutibles que tiene.

Análisis de productos con y sin gluten

Otro estudio de los investigadores del Grupo de Enfermedad Celíaca e Inmunopatología Digestiva del IIS La Fe ha comparado la composición nutricional de más de 600 productos sin gluten y la misma cantidad de sus homólogos con gluten. Los investigadores no han observado diferencias significativas en la cantidad de energía, grasas, azúcares y fibra entre ambos tipos de productos.

Los resultados de este estudio se han presentado recientemente en Praga, en el 50 Congreso Anual de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica. La doctora Sandra Martínez, integrante del grupo que lidera la doctora Ribes en el IIS La Fe, destaca que existen diferencias relevantes en la cantidad de proteínas, siendo la cantidad menor en los productos sin gluten debido a las materias primas utilizadas (harinas de arroz y maíz). Por otro lado, según el análisis, los panes sin gluten, contienen más grasa que los panes normales.

Paula Crespo y Joaquim Calvo, nutricionistas del grupo de investigación, concluyen y recomiendan que, en una dieta sin gluten debe prevalecer el consumo de los alimentos básicos de la dieta mediterránea que están libres de esta proteína por naturaleza, como carne, pescado, huevos, lácteos, legumbres, frutas, frutos secos, verduras y en su caso, cereales integrales sin gluten. Insisten, además, en que, al igual que en una dieta normal el consumo de productos manufacturados, con o sin gluten, debe ser ocasional.